REFLEXIÓN DE UN VIAJERO

¡Es increíble cómo la gente de todas partes del mundo se mantiene conectada! El hilo de la comunicación no tiene por qué ser siempre el teléfono o, hablando en lenguaje moderno, Internet y el correo electrónico. Hay veces que sin palabras, con gestos, o tan sólo con una mirada podemos entendernos más. Pero, ¿saben qué es lo que verdaderamente nos mantiene unidos unos a los otros? La alegría. Sí, porque no importa el color de la piel, la edad, la religión o el idioma que hables. Todos tenemos el gran don de la sonrisa, pues la alegría es universal (no acepta distinciones). Siempre hay motivos para sonreír. Es maravilloso pensar que todos tenemos algo en común. En estos momentos en los que se vive, o mejor dicho, se sobrevive a tantas adversidades, es bueno ver que la gente no ha perdido aún la capacidad de sonreír. Fue así que este largo viaje, emprendido alrededor del mundo a bordo de mi vieja avioneta, me sirvió para corroborar algo que leí hace tiempo y que ojalá todas las personas tengan siempre en cuenta: "Una sonrisa cuesta poco y produce mucho. No empobrece a quien la da y enriquece a quien la recibe. Dura sólo un instante y perdura en el recuerdo eternamente" La alegría de aquellas pequeñas cosas es la única que nos mantiene conectados. Sé generoso y sonríe, no seas el eslabón que rompa esta cadena…