DESCONOCIDOS
Estaba el otro día en la esquina de mi casa, cuando percibí a un hombre que no conocía. No sabía lo que quería. Entonces me acerqué a preguntarle qué es lo que hacía. Me dijo que estaba esperando a una persona que quería mucho. Me enterneció su respuesta y le pregunté si esa persona era su esposa. Me contestó que en su imaginación era su mujer, su amiga, su amante, su confidente... no entendía muy bien lo que me decía. - ¿Y a qué hora vendrá? – le pregunté. - No lo sé, la llevo esperando mucho tiempo – me dijo – pero algún día se dará cuenta de cuánto la quiero y vendrá... por eso tengo este ramo de flores, para recibirla como ella se merece – - ¿Y cómo se llama? – - No lo sé tampoco, pero tendrá el nombre más hermoso sobre esta tierra, el más dulce de todos... - ¿Hace mucho que la conoce? – - Bastante – - ¿Y cómo es? – - Hermosa. Tiene los ojos como dos almendras, el pelo largo, lacio, del color del almíbar... una sonrisa que desarma a cualquiera, es un poco delgada, pero me gusta... su risa contagia la alegría y su llanto emociona – En ese momento me dí cuenta de que el hombre no me miraba, estaba de espaldas, como mirando el horizonte... pero me estremeció la descripción de aquella mujer... no me animé a preguntar más nada. - ¿Está Usted ahí? – me dijo. - Sí – - ¿Qué perfume es el que lleva? – - Uno que me regalaron mis padres. Ayer fue mi cumpleaños. - Felicidades...- - Gracias, pero este perfume no es el que más me gusta – - Lo sabía - - ¿Cómo lo sabe???- me asustó mucho esa respuesta, ¿quién era ese hombre? Encima seguía dándome la espalda. - No sientas miedo. Sabía que algún día pasarías por aquí, no vives muy lejos... – - No lo conozco, ¿por qué sabe tanto sobre mí? ¿Quién es usted? ¿Y por qué no me mira cuando le hablo? – - De pequeño perdí la vista en un accidente de tráfico, soy ciego...- - ¿Y cómo pudo describirme con tanto detalle? Esa mujer de la que hablaba antes soy yo... María – - Sabía que sería el nombre más hermoso sobre la tierra... María... precioso – - Deje de burlarse y dígame cómo sabe tantas cosas de mí – - Te conocí de niño, éramos vecinos y jugábamos en la vereda de casa – - ¿El niño de enfrente? ¿Eres tú? – - Sí, el mismo... Juan. Te he estado esperando desde hace tiempo – - Pero no te ví más desde aquel terrible accidente, tus padres murieron, ¿verdad? – - Sí, y me llevaron con mi tía, pero regresé – Inmediatamente abracé con fuerzas a Juan, era mi amigo. Lo quería mucho y un día lo perdí. De chicos decíamos que íbamos a casarnos. - ¿Y cómo sabías lo del perfume? – pregunté. - Cada día desde hace diez años estoy en el mismo lugar esperando a que me reconozcas, tu perfume era el único recuerdo que me llevaba a casa – - Ay Juan...- - No llores, toma, esto es para ti – Y así, con el ramo de flores en mi mano, nos fuimos caminando a casa. MORALEJA: aunque estemos muchos años separados de los que más queremos, jamás los olvidamos. |
3 Comments:
Hola Ludmar, Es la primera vez que visito tu página y me ha encantado. Personalmente creo que escribes muy bien y des de aqui te animo para que continues haciendolo.
Ahora que ya conozco tu página te visitaré amenudo.
saluditos
Ciao!!!!!
Gracias Yoli
Me alegra saber q disfrutas leyendo de mi página, es mi objetivo...
Besitos
Muchas veces buscamos lejos lo que tenemos cerca. Has conseguido que se me escape una lágrima...
Gracias por tus relatos.
Txur.
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